13 de noviembre de 2007

VIRTUDES TEOLOGALES

FE, ESPERANZA Y CARIDAD

OBJETIVO

«Que el pre-seminarista reflexione sobre la importancia que tienen las virtudes teologales dentro de la vida cristiana, a fin de discernir más profundamente el llamado de Dios».

Oración: 1 Cor 13, 1-13 (Himno a la caridad)

Canto:

«Adelante con valor, sin temor porque Dios es amor...»

Indicaciones:

La primera parte (VER) está desarrollada en tres fases, es decir, se analiza cada una de las virtudes (FE ESPERANZA-CARIDAD) a través de una dinámica en donde se interceptadas.

4.- Una vez terminado los quipos, los que tienen el mismo número forman nuevos equipos.

5.- Cada uno de los participantes comenta las posibles respuestas dadas en los equipos, quedando abierta la posibilidad de ampliar más las preguntas dadas.

6.- Finalmente en asamblea se comentan en forma de síntesis lo que han reflexionado.

VER

VIRTUD DE LA FE

«En el barco el joven Joel estaba mareado y desorientado. Era su primer viaje.

El capitán le preguntó:

- Hijo ¿sabes trepar?

- Claro que sí mi capitán, en mi pueblo era yo quien trepaba hasta la punta de los árboles más altos.

Pero, en cuanto Joel estuvo en la punta del mástil, el barco comenzó a balancearse, sacudido por las olas.

El joven Joel empezó a temblar de miedo, con peligro de caer desde aquella altura de 30 metros.

El capitán observaba todos los movimientos del muchacho. Cuando vio que su rostro se puso pálido y los ojos desorbitados, le gritó:

- ¡Muchacho, mira hacia arriba!

El joven Joel obedeció; miró hacia el cielo, y los vértigos desaparecieron».

Preguntas:

- Comentar todos el ejemplo.

- ¿Porqué el Joven, aún cuando tenía experiencia de subirse a los árboles, tembló cuando se subió al mástil?

- ¿Qué actitud tomó el joven cuando el capitán le gritó?

- En nuestra familia, en el templo, en el catecismo, en la escuela, en la calle, escuchamos con frecuencia que las personas confían o tienen fe en alguien (Dios, personas, amigos...) o en algo (ganar un partido de foot-ball, sacarse la lotería ...), ahora bien, cómo expresan o expresamos esa confianza, esa fe.

- En el catecismo la catequista nos ha enseñando que hay que tener fe en Dios, para nosotros ¿qué significa tener fe en Dios?

- ¿Porqué es necesario tener fe en Dios?

VIRTUD DE LA ESPERANZA

«Un rey, para que su hijo escarmentara y se entrenara a las dificultades de la vida, lo desterró a un país lejano e incomunicado.

Poco a poco el hijo se acostumbró a vivir desterrado, al grado que olvidó a su padre y aun sus propios orígenes de príncipe.

Un día el rey le envió a su hijo un mensajero, para que volviera al palacio real.

El hijo tomó el asunto como una burla, y le dijo al mensajero:

- ¿Quieres hacerme un verdadero favor? regálame un trozo de pan y una capa; es lo único que necesito.

Había enteramente olvidado que era un príncipe, y que tenía derecho a vivir en el espléndido palacio de su padre.

Preguntas:

- Comentar el texto.

- Ante el escarmiento del rey, el príncipe ¿tenía la esperanza de volver un día a ocupar el palacio de su padre?

- ¿Cuáles serían las razones por las que el príncipe olvidó ser príncipe?

- Nuestros papás, las personas mayores, los maestros, los muchachos, la televisión ¿cuál es el futuro que desean o nos presentan? ¿cuál es su esperanza?

- Nosotros como adolescentes en ¿qué esperamos en nuestra vida?

VIRTUD DE LA CARIDAD

«La Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz 1979, saluda a una mujer moribunda traída al hospital minutos antes.

La Madre Teresa levanta la sábana que cubre a la enferma, y queda horrorizada. Aquella mujer, aún siendo joven, se ve tan acabada que se parece más a una radiografía que a un ser humano.

La Madre Teresa, aún sabiendo que todo es inútil, intenta reanimarla con cardiotónicos, con algún alimento y con mil atenciones.

La moribunda la mira con ojos desorbitados, y con voz apagada le pregunta:

- ¿Porqué haces esto?

La Madre Teresa le responde:

- Porque yo te quiero.

Un destello de felicidad ilumina el rostro de la moribunda, la cual suplica:

- Por favor, dímelo de nuevo.

- Yo te quiero -repite la Madre Teresa.

La moribunda, apretando las manos de la Madre Teresa entre las suyas, las atrae hacia sí. Mientras la vida se esfuma en las amargas y espantosas sombras de la muerte, ella quiere escuchar y volver a escuchar aquellas luminosas palabras que saben a VIDA ETERNA».

Preguntas:

- Comentar el texto.

- ¿Cuál es la razón por la cual la Madre Teresa ayudó a la moribunda?

- En nuestra vida diaria conocemos a personas enfermas, con hambre, niños solos, gente borracha, familias que se odian, a jóvenes que se pelean en la calle, etc.,¿qué es lo que hacen las personas adultas ante este tipo situaciones? ¿Porqué ayudan o porqué dejan de ayudar?

- ¿Qué tanta importancia se le da al amor, al servicio, a la ayuda en tu comunidad, en tu familia?

- ¿Porqué crees que tú amas?

PENSAR

Las virtudes teologales son tres: la fe, la esperanza y la caridad. Éstas tienen su origen, su motivo, su objeto en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Las virtudes teologales fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano. Son infundidas por Dios en el alma de las personas para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y así merecer la vida eterna. A través de ellas se hace presente la acción del Espíritu Santo en toda la persona.

LA FE

La D. V. No. 5 señala que «cuando Dios revela hay que prestarle la obediencia de la fe», pero ¿qué es la fe? La fe es un asentimiento de nuestra inteligencia, por el cual libremente, pero bajo la influencia de la gracia divina, tenemos por verdadero lo que Dios nos ha revelado y la Iglesia nos enseña. Esto es, la fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado, y que la Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma.

Pero la fe no es solo el asentimiento de nuestra inteligencia a verdades revelados, es decir a lo que Jesús nos ha enseñado, sino que es la adhesión a la Verdad revelada. Ahora bien, ésta verdad es Cristo Resucitado, constituido por Dios como Señor y Salvador de la humanidad. Lo esencial en la vida del cristiano es reconocer a Cristo como Salvador e Hijo de Dios.

Por la fe el «hombre se entrega entera y libremente a Dios» (D. V. 5). La fe también es un Don, un regalo de Dios, que por la acción del Espíritu, se da en el hombre, al mismo tiempo es una respuesta del hombre al amor de Dios, es decir ha de manifestarse en obras concretas: en los buenos actos, en el servicio, en el amor, en la ayuda, en la entrega, en la obediencia, en el respeto, en el compañerismo, en la responsabilidad, en la vivencia de los sacramentos, en la Eucaristía, en la oración, en atender a todo lo que nos enseñan los sacerdotes, el Obispo, el Papa, etc. La fe se pierde cuando la persona decide alejarse de los caminos de Dios, de su presencia, cuando prefiere ser autosuficiente, cuando rechaza su amor, es decir, cuando el hombre peca.

El que quiere ser discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella, sino también profesarla en las celebraciones, testimoniarla con firmeza y con buenas costumbres, y difundirla, esto es, dándola a conocer a todos los que nos rodean.

La fe ha de estar unida a la esperanza y a la caridad, cuando la fe se desliga de la esperanza y de la caridad, el seguidor de Jesús no vive unido a Cristo, ni lo hace ser un miembro vivo dentro su Cuerpo que es la Iglesia.

LA ESPERANZA

La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. Esto es, se tiene la esperanza en la salvación futura, como revelación definitiva de la gloria de Cristo resucitado y participación del hombre y del mundo.

Todos en esta vida deseamos ser felices y por ello buscamos con insistencia nuestro lugar, en el fondo es descubrir qué es lo que Dios quiere de mí en esta vida. Pues bien, la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad.

a) Revelación de Cristo glorificado.

b) La confianza en la promesa de Dios por Cristo.

c) El aguante paciente y perseverante, que no cede al desaliento en las tribulaciones, sino que se mantiene con firmeza en las promesas divinas.

d) La actitud de libertad y audacia de espíritu, que confía y se gloría únicamente en el amor y el poder salvífico de Dios por Cristo.

El acto de esperanza implica pues indivisiblemente el abandono radical de nosotros mismos al amor misericordioso de Dios como garantía única de nuestra salvación y el reconocimiento de nuestra impotencia para salvarnos.

LA CARIDAD

La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.

La caridad es la virtud más importante. Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo. Amando a los suyos hasta el fin, manifiesta el amor del Padre que ha recibido. Los que desean seguir a Jesús han de imitar el amor de Cristo.

Se es discípulo de Cristo cuando se es paciente, servicial, sincero, cuando olvida las ofensas, perdona, no tiene envidia, no busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y nunca se alegra de lo injusto.

El verdadero amor se manifiesta cuando se es servicial en la familia, en la escuela, con los enfermos, los adultos, con los compañeros que me necesitan.

Los que son llamados por Jesús ofrecen su propio pan para que los demás se alimenten, y ofrecer el propio pan es compartir la vida con los más pobres, es no buscar nuestras satisfacciones, gustos, nuestro provecho, sino la felicidad de los demás.

Jesús pasó su vida haciendo el bien, Él es el buen samaritano que encarna el amor y se preocupa de ayudar al que sufre. Por eso todos los cristianos estamos llamados a vivir a ejemplo de Jesús, ya que nuestra vida será juzgada en el amor (Mt 25).

El Ejercicio de las virtudes está animado e inspirado por la caridad. Esta es el «vínculo de la perfección»; es la forma de las virtudes; las articula y las ordena entre sí; es fuente y término de su práctica cristiana. La caridad asegura y purifica nuestra facultad humana de amar. Las eleva a la perfección sobrenatural del amor divino.

«Si no tengo caridad nada soy, nada me aprovecha». La caridad es la primera de las virtudes teologales: «Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad» (I Cor 13, 13).

ACTUAR

Después de haber reflexionado sobre las virtudes cristianas, se sugiere que en los mismos equipos contesten lo siguiente:

- Dentro de nuestra familia, nuestra escuela, nuestro barrio o pueblo ¿porqué medios podríamos aumentar nuestra fe en Jesucristo que nos invita a seguirle?

- ¿En espera de Quién ha de estar nuestra vida y cómo podríamos mantenernos firmes en esa esperanza?

- Para ser seguidores de Cristo Jesús es necesario imitarlo sobre todo en la caridad (amor) ¿Qué actitudes necesitamos alejar de nuestra vida para amar como Jesús amó a su Padre y a los demás?

CELEBBRAR

Para el momento de la celebración se sugiere presentar con los siguientes signos cada una de las virtudes. Puede hacerse una monición, para ello cada uno de los equipos realizan dicha monición después de haber terminado el actuar.

Signos:

- Cirio para la virtud de la fe.

- Pasto o planta verde simbolizando la esperanza.

- Personaje en situación crítica y otro que lo esté ayudando a levantarse de ese estado.

Al término de esto, cantar el canto de inicio:

«Adelante con valor, sin temor porque Dios es amor...»

Monición para el PADRE NUESTRO.

Miembros de un mismo grupo que queremos ser discípulos de Jesús para hacer más extenso su Reino acudamos al Padre llenos de fe, para que con su Espíritu nos aliente en la Esperanza y nos impulse a vivir en el amor: Padrenuestro...

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

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