13 de noviembre de 2007

EL MATRIMONIO

OBJETIVO

HACER QUE EL ADOLESCENTE LOGRE UN MAYOR CONOCIMIENTO DE ESTA VOCACIÓN AL MATRIMONIO, Y ASÍ, PROMUEVA LOS VALORES EN SU FAMILIA.

ORACIÓN

Se sugiere a los adolescentes pensar por un momento en su familia; después, pueden hacer peticiones espontáneas.

VER (Se leen los dos cuentos y luego se reflexiona)

1.- EN UNA BODA.

En Jambunada (India) un señor debía casarse al día siguiente, y pensaba: qué bonito sería si en mi boda estuviera presente Buda, y Buda estuvo presente en la boda. El esposo, feliz pensaba: qué bonito profundamente. Un amigo les preguntó: ¿cómo es posible que vivan ustedes dos tan unidos, y que todavía se quieran tanto?

¿cómo han logrado educar tan bien a sus hijos y luego a sus nietos, siendo los tiempos tan difíciles? Indicando un antiguo Cristo que colgaba de la pared, la mujer contestó: pregúnteselo a El; la vida es dura para todos; pero desde el día de nuestro matrimonio, el lugar de honor en esta casa siempre lo ha ocupado El.

PENSAR

1. En el primer cuento, ¿quienes querían que estuvieran presentes en su boda según el Señor?

2. ¿Qué dijo Buda?

3. ¿En el segundo cuento los esposos cuantos años tenían de vida conyugal?

4. ¿Qué lugar ocupaba Cristo en su hogar?

5. ¿Qué relación existe entre los dos cuentos?

6. ¿Qué significa para ti el matrimonio?

Todos nosotros hemos oído o visto en algún libro la palabra: MATRIMONIO; muchas veces, nos la han presentado de manera distorsionada, falsa o con algunas exageraciones; pocas veces como es en realidad.

Partimos del hecho de que existen el matrimonio civil y el eclesiástico. Si quisiéramos una definición de algún diccionario, de esta palabra sería: es la unión legal del hombre y la mujer. Pero, veamos que es algo más, abarca mucho más.

El matrimonio es amor que nace en el enamoramiento y se prolonga en la vida, siempre irradiando amor; es una vivencia.

El matrimonio es una institución querida por Dios. Los esposos viven en comunión creada por Dios a imagen y semejanza suya. Hombre y mujer son iguales en dignidad, diferentes en sexualidad y en eso se complementan. El matrimonio es signo del reino y de la alianza de amor fiel que Dios ha establecido con los hombres.

El matrimonio ha sido definido como una sociedad natural cuya finalidad es la ayuda mutua y la procreación, pero vemos que hay algo más que sólo se descubre con vivir el matrimonio, éste es una comunidad de vida y amor.

La comunidad del matrimonio es algo más que una sociedad, en ella se involucra a la persona por completo, no es sólo un contrato en el que las partes se comprometen a dar algo, es donde la persona se da en plenitud desde sus aspectos más íntimos hasta los detalles que parecen intrascendentes, es toda la persona con un objeto definido de ser felices y hacer al otro feliz.

En la comunidad del matrimonio ambas partes se comprometen por el amor, a que cada día digan un "sí" al deseo de compartir sus vidas, a entregar lo mejor de sí mismos y a aceptar al otro con todos sus defectos y cualidades, fallas y aciertos, para que juntos den testimonio de amor al mundo.

El matrimonio no puede tener un objetivo personal de riqueza o de poder, no puede basarse en un beneficio temporal, pues perdería su dimensión humana para convertirse en ese medio de satisfacción egoísta. Es cierto que el matrimonio requiere de muchas cosas materiales, pero sólo el AMOR es indispensable, sin él amor no hay unidad ni dinamismo, sin él la persona no es tal.

El amor en el matrimonio es plenamente humano, sensible y espiritual, es un acto de la voluntad, es libre y está destinado a crecer con las alegrías y con las tristezas, con los triunfos y con los problemas de la vida diaria, es decir, donde se compensa generosamente todo.

A) Casarse en el Señor.

Jesús santificó este estado de vida; en su predicación enseñó sin ambigüedad el sentido original de la unión del hombre y de la mujer, tal como el creador lo quiso al comienzo; la unión es indisoluble, Dios mismo la estableció: lo que Dios unió, que no lo separe el hombre. Jesús no impuso una carga imposible ni demasiado pesada; más bien da la gracia necesaria para cumplirlo, gracia que es fruto de la cruz. El vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de manera que el matrimonio entre hombre y mujer que se ha hecho libremente, ha sido valido y consumado, no puede ser disuelto jamás; así lo pone de manifiesto el catecismo de la Iglesia católica.

El sacramento no es algo añadido al matrimonio sino que es el matrimonio visto y vivido desde la fe. Por la fe descubren en su amor el AMOR liberador de Dios a los hombres. La fe no quita ni añade nada al matrimonio, pero permite y hace posible vivirlo en una nueva dimensión, con un nuevo sentido. El matrimonio cristiano es el SI de amor comprometido entre dos creyentes bautizados.

La familia es fundada por el Creador, la íntima comunión de vida y amor de los esposos está establecida sobre la alianza del misterio de salvación. El matrimonio es un asunto eclesial, porque afecta a la Iglesia y es reconocer el carácter supraindividual del compromiso libre.

B) Propiedades esenciales del matrimonio: Unidad e indisolubilidad.

En el matrimonio se exigen, como propiedades esenciales del matrimonio cristiano que son, la unidad y la indisolubilidad y éstas se comprenden sólo a partir de la fe. La Tradición se funda en la enseñanza de Cristo y de los Apóstoles y su enseñanza afirma la indisolubilidad. Esta indisolubilidad se predica de todo matrimonio válido, (el natural y con mayor razón el cristiano).

Todo matrimonio cristiano es indisoluble por derecho divino positivo, promulgado en el AT y ratificado por Cristo. La Iglesia tiene el poder de disolver en determinadas circunstancias el matrimonio natural, rato y no consumado). El matrimonio es una institución firme por ordenación divina y no depende de la voluntad humana, nos recuerda el vaticano II.

El amor de los esposos, par naturaleza, exige estas características. La unidad aparece ampliamente confirmada por la igualdad personal que hay que reconocer a la mujer y al varón en el pleno y mutuo amor; la poligamia contradice esta unidad. Estas características exigen fidelidad.

C) Bienes o valores del matrimonio.

EL BIEN DE LOS ESPOSOS: Lleva consigo el derecho y el deber perpetuo y exclusivo de ser fieles a los actos propios de la vida conyugal. La fidelidad y la indisolubilidad son propiedades esenciales del matrimonio, cuando faltan el matrimonio desmerece en cuanto comunidad de amor que es; si algún cónyuge excluye alguna de ellas, excluye la misma esencia del matrimonio.

La fidelidad no sólo es abstenerse de relaciones sexuales extraconyugales (adulterio), sino que también es el cumplimiento de la promesa dada y el compromiso diario y permanente entre los cónyuges, es decir, cumplir los deberes y obligaciones como esposa o como esposo. De tal modo que una infidelidad así entendida puede ser causa de divorcio, porque la fidelidad guarda relación con un auténtico amor conyugal y paternidad responsable.

El bien de los cónyuges, de los hijos y de la sociedad es el fundamento natural de la indisolubilidad. Estos bienes y la igualdad dignidad de varón y mujer fundamentan la unidad. Para el cristiano esta unidad e indisolubilidad se manifiestan y tienen su signo en la sacramentalidad.

EL BIEN DE LA PROLE: significa el derecho y el deber mutuo de los cónyuges de poner en modo natural los actos propios de la vida matrimonial y el bien físico de los hijos. En otras palabras, es la cópula conyugal y el derecho y deber de procurar el nacimiento y la conservación de los hijos. (No abortar, no matarlos, no regalarlos, no anticonceptivos, no operaciones, etc.)

BIEN DEL SACRAMENTO: Significa la indisolubilidad de la que ya se dijo una palabra. Para los bautizados significa la sacramentalidad.

D) Fines del matrimonio.

Como toda institución el matrimonio tiene fines y dos son los principales: El bien de los cónyuges (promoción integral de los consortes) y la generación y educación de la prole (paternidad responsable).

El Código de 1917 decía que el fin primario del matrimonio era la procreación y educación de la prole y un fin secundario era la ayuda mutua y el remedio de la concupiscencia; sin duda que eso es muy importante importante, pero no es de los únicos fines. El vaticano II nos recuerda que el matrimonio tiene varios fines y sin pretender jerarquizarlos, da importancia primordial a la procreación y educación de la prole, sin negar otros fines con los que se alcanza la plenitud de la vida matrimonial. Ya el actual Código pone en la misma línea el bien de los cónyuges y la generación y educación de la prole. No olvida el bienestar de la pareja como tal.

BIEN DE LOS CONYUGES (Ayuda mutua): El amor conyugal debe abarcar a los cónyuges; amor que se manifiesta en lo sexual, en el diálogo, en el respeto, la comprensión, etc. Un fin primario del matrimonio es amar a la pareja con el amor de Cristo. El matrimonio tiene que buscar, en primer lugar, la promoción y la felicidad de los cónyuges; la ayuda integral entre los esposos tiene que ir creciendo. Ambos están comprometidos en la promoción humana de su compañero. El matrimonio es un camino de salvación y ambos son responsables uno del otro.

La familia es un espacio y un ambiente donde crece y se manifiesta el amor de los esposos. Nadie puede dar a la pareja el cariño, la comprensión, al apoyo, la ternura y la orientación que encuentra en su cónyuge. Se necesitan para toda la vida y su amor es el manantial del que beben los hijos. El amor que los llevó a unirse debe haber madurado, como el buen vino a lo largo de la vida. No es muy convincente cuando los padres quieren mucho a os hijo, pero entre ellos no se aman los suficiente.

GENERACION Y EDUCACION DE LA PROLE: Es un fin natural y evidente, reconocido por todos, es tan importante como el anterior. Responsable y libremente los esposos deciden el número y el espaciamiento de los hijos. Deben recordar siempre que su amor está al servicio de la vida, y no deben restringirse a la simple procreación física, sino que deben extenderse a todos los aspectos de la vocación, una vida integral. El amor es la razón de ser de la fecundidad y la fecundidad es la máxima expresión del amor conyugal y esto se opone a la anticoncepción. Todo acto sexual que no tenga como fin el amor en la procreación es deshonesto, porque debe transmitir la vida; y esto lo deja bien claro la GS en el número 50: El matrimonio por naturaleza está ordenado a la procreación y educación de los hijos; el mandato de Dios como pareja fue el de creced y multiplicaos y un amor que no es egoísta está abierto a la vida y estar abiertos a la vida es la misión del matrimonio. Por eso los esposos en común acuerdo deben decidir, pero siempre bajo el designio de Dios, sin proceder a su arbitrio, sino en conciencia.

La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la vida moral, espiritual, sobrenatural que los padres transmiten a los hijos por medio de la educación y no sólo es fecundidad biológica. Estar al servicio de la vida no significa sólo impedir los nacimientos, sino procurar lo mejor en todos los aspectos, educar al que nace; esta amplitud de pensamiento la ofrece el catecismo católico en el 1653. Por tanto, no basta con procrear, la paternidad responsable se refiere no sólo a la generación, sino también al sostenimiento, educación y atención al hijo. Y ante este fin del matrimonio no deben delegarse responsabilidades en el otro, los dos son responsables. La formación de los hijos debe ser integral .

En conclusión, como dice la encíclica Evangelium vitae en el número 92: la familia es el santuario de la vida..... el ámbito donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a que está expuesta. La familia está llamada a anunciar, celebrar y servir al evangelio de la vida. Los esposos deben ser cada vez más conscientes del significado de la procreación, acontecimiento en el cual se manifiesta que la vida humana es un don recibido para ser a su vez dado. Todo esto nos lleva a rechazar el delito abominable e igniominoso del aborto al que se refiere en el número 58. Es un homicidio en el cual se le quita la vida a uno que comienza a vivir, a un inocente, débil y totalmente confiado a la protección de la madre que lo lleva en su seno. Jamás se puede justificar la eliminación deliberada de este ser indefenso.

EL AMOR EN EL MATRIMONIO

Dios es amor y nos invita al amor. El amor conyugal tiene su fuente en él. Y la naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando es considerado en su fuente suprema, en Dios que es amor. La familia es una comunidad de amor, la familia debe ser una manifestación de la presencia del Señor que santifica por el amor de los esposos. Todo el número 49 de la GS habla del amor conyugal, amor único, auténtico, eminentemente humano que va de persona a persona; amor que lleva a la entrega de sí mismo al otro, amor que asocia lo divino y lo humano; amor que supera lo erótico y el egoísmo; amor digno y honesto; amor fiel en la prosperidad y en la adversidad, etc. La siguientes son características del amor conyugal:

A) Amor humano.

Este amor es propio del hombre, es sensible y espiritual y no sólo del instinto y del sentimiento. Es un acto de la voluntad libre y se va desarrollando en la vida diaria, en lo cotidiano, en el trato constante.

B) Amor total.

El amor es darse al otro, es don de sí mismo, es la entrega total del cónyuge que enriquece a la pareja. Quien ama de verdad a su consorte lo ama, no por lo que recibe de él, sino por lo que es y siente gozo al enriquecerlo con su persona.

C) Amor fiel y exclusivo.

Es un amor que dura hasta la muerte. No se niega que es difícil, pero no imposible y es meritorio. Este amor es donación recíproca: no sólo darse a sí mismo, sino aceptar el amor del otro. Los esposos deben saber darse y saber recibir y en este juego de dar y recibir es en lo que consiste la convivencia conyugal. Este amor es una donación integral: abarca todo el bien de la persona, enriquece el cuerpo y el espíritu; lleva a un don libre y mutuo de si mismos. Supera la inclinación puramente erótica que se desvanece pronto. Debe asociarse lo humano y lo divino para llegar a lo sublime. Por último, este amor es santificador: santifica y consagra a los esposos; perfecciona y eleva a la gracia y a la caridad.

D) Amor fecundo

Enriquece y perfecciona a los esposos como pareja, pero no se agota en la comunión entre los esposos, sino que está llamado a prolongarse suscitando nuevas vidas. El matrimonio esta ordenado por naturaleza a la procreación y educación de la prole como se ha dicho. Los hijos son el don más excelente del matrimonio.

Amor fundamentado en un compromiso (promesa y decisión) que arranca del enamoramiento, y es para siempre.

.Amor que tiende a la plena comunicación.

.Amor heterosexual, es amistad que acepta plenamente la diferencia sexual.

.Amor de amistad, que comprende la intimidad del amigo y la apertura al propio desarrollo y al compromiso.

En conclusión, decimos que el casarse es:

-Entregarse y recibir, es aceptar y comprometerse con el cónyuge hasta la muerte para ayudarse y sostenerse mutuamente en la realización de sus personas.

-Es orientarse a la procreación y a la educación responsable de sus hijos.

-Es comprometerse en la fidelidad con sus dos dimensiones: de exclusividad y de permanencia.

-Es hacer presente en la propia vida el misterio del amor de Cristo por su Iglesia: que la ama y por ella se entrega.

¿Qué es lo que da sentido al matrimonio?

-La vivencia del amor en la pareja.

DINAMICA

En grupos, leer una cita bíblica de las siguientes; y ver cómo es presentado el amor, que valores debe tener.

I Cor 13,4-8; Ef 5,21-28;5,1-5; Jn 15,9-12.

EL MATRIMONIO ES SIGNO DE FE

Brota de la entrega nupcial de Cristo y de la Iglesia; y quiere ser su imagen visible privilegiada y su participación especial y perpetua. El amor de Cristo es fuente de gracia para la vida conyugal. Los esposos, gracias a su fe, como garantía de su alianza de fidelidad, con el mismo vínculo del pacto entre Cristo y la Iglesia.

El matrimonio cristiano es vocación y entrega, es consagración y misión. La gracia del sacramento es para los esposos fuente y garantía de amor y de comunicación mutua.

SIGNO DE RESPONSABILIDAD

El sacramento es el mismo consentimiento mutuo por el que los esposos se unen el uno al otro de por vida.

ACTUAR

Preguntas para que los adolescentes contesten en su cuaderno.

1 ¿Cómo es tu familia?

2 ¿Qué cosas no te gustan de tu familia?

3 ¿Qué valores se viven en ella?

4 ¿Menciona los tres valores que creas que más se viven en tu familia?

5 ¿Cómo puedes ayudar a tu familia?

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