13 de noviembre de 2007

EL MIEDO Y LA VOCACIÓN


Objetivo: Reflexionar sobre el sentimiento de incapacidad que experimenta la persona llamada por Dios a una misión especial, para lograr vencer nuestros temores vocacionales.

Ver.

En el campo de la promoción de las vocaciones sacerdotales y religiosas, sucede, que cuando se invita a algún joven o una joven a ingresar al seminario o una casa religiosa, surgen algunas respuestas de temor, al ver el compromiso y la misión que traería consigo. Vgr. Carmelita afirma: «Desde pequeña me ha atraído la vida religiosa, pero nunca he dicho que me quiero ir al convento porque sé que voy a adquirir una gran responsabilidad, y tengo el temor de no responder a ese llamado que el Señor me hace.

Pensar.

- ¿Tú, piensas que Carmelita, ha de ceder ante su miedo? - En los personajes bíblicos es frecuente una reacción de temor ante el proyecto que Dios les propone. Es la reacción de Jonás, que se levantó dispuesto a huir de Tarsis, lejos del Señor (Jon 1,3). El Miedo se expresa en objeciones que muestran la incapacidad del hombre para realizar la misión: “Ah, señor, mira que no se hablar” (Jr 1,16).

La misma presencia creadora de Dios produce miedo a quienes de verdad, lo conocen. Moisés, el amigo de Yahvé, se cubrió el rostro, porque temía mirar a Dios (Ex 3,6). El temor turba a los apóstoles cuando pueden constatar la divinidad de Jesús y comprenden la profundidad de sus palabras. “Al verlo venir caminando hacia ellos sobre las aguas del lago, se pusieron a gritar llenos de miedo” (Mt. 14, 26).

El miedo es una reacción ante los retos grandes que nos propone la vida, ante el llamado de Dios. Porque no se nos ofrece como voluntad de Dios un camino fácil, la vocación implica siempre un alto nivel de entrega personal.

Actuar.

MOTIVOS PARA SUPERAR EL MIEDO. (Sugerencias)

- Medita la palabra de Dios, en ella encontrarás palabras de aliento, que el Señor da a los que El llama. (Jr 1,8; Ez. 2,6; Jn 14, 27; Mt 14, 26)

Considera la presencia de Cristo en tu vida.

Ora con frecuencia a Dios presentándole el proyecto de tu vida.

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