13 de noviembre de 2007

ORIENTACION LITURGICA


OBJETIVO

«Que el pre-seminarista se acerque al conocimiento de la Liturgia, sobre todo a la celebración Eucarística y a los elementos principales que la componen, para que celebre de una forma viva y dinámica el acontecimiento pascual».

Oración.

Sal 113, 1-4 Toda la comunidad.

«¡Aleluya!

¡Alabad, servidores del Señor,

alabad el nombre del Señor!

¡Bendito sea el nombre del Señor,

desde ahora y por siempre!

¡Desde que sale el sol hasta su ocaso,

sea loado el nombre del Señor!

VER

El hombre, y sobre todo el hombre mexicano, tiende a expresar a través de la alegría, a través de celebraciones los diferentes acontecimientos que está viviendo. Por ejemplo, si gana la Selección mexicana de Foot-ball, los de la Cd. de México tienden a reunirse en el Ángel de la Independencia; otros a pasear en coche por la ciudad y con la música fuerte, etc.; cuando los alumnos de una escuela ganan un concurso a nivel zona en deportes y en lo académico, toda la escuela se alegra incluso sus familias, y expresan esa alegría celebrando con unos sabrosos banquetes, con una fiesta. Si recordamos un poquito las fiestas familiares, la fiesta patronal de los pueblos, nos damos cuenta de que el hombre por naturaleza tiende a festejar y a celebrar, como ya se dijo, los diferentes acontecimientos en su devenir histórico.

(En estos momentos se les puede preguntar a los alumnos porqué celebran o porqué hacen fiesta en su familia, en su comunidad, en la escuela, en el catecismo, etc.)

Existen sin embargo muchas celebraciones, fiestas que terminan en el momento, o no tienen ningún sentido.

Todos tenemos algo que celebrar. Si nos fijamos en la biblia, en el A. T. encontramos bastantes momentos por los cuales el pueblo de Israel se alegra y festeja con alegría la presencia de Yahvé entre el pueblo elegido. Abel daba gracias a Dios por los frutos de la creación y lo celebraba ofreciendo como sacrificio un cordero a Yahvé; David cuando regresó triunfante de las batallas festejaba su victoria, dándole gracias a Dios, danzando y cantando.

Nosotros como familia del Cuerpo de Cristo, también celebramos y festejamos un grandioso acontecimiento que nunca se acaba y que tiene pleno sentido: celebramos el gran acontecimiento del Misterio Pascual de Cristo, es decir, su Encarnación, pasión, muerte y Resurrección.

Este acontecimiento los cristianos lo celebramos a través de la Liturgia, que son las celebraciones oficiales de la Iglesia.

Si queremos ser verdaderos cristianos y más aún ser auténticos seguidores de Jesús que nos llama, debemos de imprimir cada vez más hondo en nuestra vida, la vida de Cristo y la Liturgia es el manantial por el cual podemos beber de esa Vida.

En la Liturgia, pues, es donde el cristiano puede llenarse de la plenitud total de Dios (Ef 3,19).

Cuando realmente vamos una y otra vez al encuentro de Cristo en la Liturgia y Cristo va haciéndose más y más «nuestro vivir (Fil 1, 21), entonces va formándose en nosotros, por la acción del Espíritu Santo, una auténtica vida interior, que es Cristo y viviendo en nosotros con una plenitud cada vez mayor.

Por eso es necesario conocer la Liturgia para vivirla.

Antes de continuar ¿qué entienden ustedes por liturgia? ¿qué piensan que contiene la liturgia? ¿cómo se celebra la liturgia?

PENSAR

¿QUÉ ES LA LITURGIA?

La palabra liturgia viene del griego y significa acción pública, servicio público, del pueblo y para el pueblo. Para nosotros L. es el culto oficial de la Iglesia Católica, es decir, sus celebraciones.

La L. es el ejercicio del sacerdocio de Cristo en su Iglesia, mediante signos sensibles con los que el hombre da gloria a Dios y se santifica en comunidad. Esto es:

- La L. es ejercicio, es decir, vida, proceso, cambio, movimiento, que la Iglesia se adapta aquí y ahora en el caminar de la historia.

- Sacerdocio de Cristo: todos nosotros conocemos a los sacerdotes, pues bien, Cristo también es sacerdote, es el sacerdote porque se ofrece para salvarnos (Él es la víctima y el ministro), para enseñarnos, para guiarnos; santificándonos desde el bautismo, nos inserta en su Iglesia, su Cuerpo, y nos hace participar del sacerdocio común. Por eso en la Eucaristía, por ejemplo, está el sacerdote que preside y con él todos celebramos. Cuando vayamos a nuestras comunidades si nos preguntan quién celebró la misa, vamos a decir, todos celebramos, pero el Padre fulano presidió.

- Iglesia: Somos la comunidad que creemos en Cristo, somos su Cuerpo, el Nuevo Pueblo de Dios, y que marcha hacia Dios.

- Signos sensibles: Son las cosas que integran la L., lo que percibimos por los sentidos; la Palabra, la Escritura, los cantos, los ornamentos, los colores, el agua, el aceite, el vino, las flores, las posturas, el pan... Todo esto coincide en ser sensible y revelar algo espiritual.

- Dar gloria a Dios y santificarnos, son la finalidad, la razón principal por la que celebramos nuestra vida y nuestra fe.

En la L. reconocemos a Dios como nuestro Padre, Creador y Dueño por eso lo adoramos; descubrimos que Él con amor nos colma de bendiciones y regalos y por eso le damos gracias.

(Indicación: tener a la mano cosas de la Eucaristía, Liturgias de las Horas, Oleos, cirio, agua, Sagrada Escritura, etc.)

Los actos litúrgicos o celebraciones litúrgicas son principalmente tres: La Santa Misa, que es la celebración por excelencia, es fuente y cumbre de nuestra vida Cristiana; el Oficio divino (la Liturgia de las Horas), es la voz de Cristo y de su Iglesia; los Sacramentos, acciones a través de las cuales se alaba a Dios, el hombre se santifica y se edifica la Iglesia.

¿QUÉ ELEMENTOS CONSTITUYEN LA LITURGIA?

Son siete los elementos constitutivos de la Liturgia:

1.- La sagrada Escritura que actualiza la revelación, es la fuente que cimenta la Liturgia, pues es la Palabra que convoca y constituye a la comunidad y al que preside.

2.- Las lecturas de los Santos Padres y que se encuentran principalmente en la Liturgia de las Horas. (Mostrar en dónde se encuentran éstas lecturas eclesiásticas).

3.- El canto, a través del cuál la L. se alimenta: por los salmos (Tu Palabra me da vida, por ejemplo); los cantos populares (Vamos cantando al Señor). También existen el canto clásico como el gregoriano, la polifonía, los coros con instrumentos.

4.- Las oraciones: hay oraciones de penitencia y arrepentimiento, por ejemplo la del Hijo pródigo «Padre he pecado contra el cielo y contra ti», y que nosotros la podemos dirigir a Dios; el yo confieso, el acto de contrición; de acción de Gracias (por la lluvia, por la salud); de alabanza y adoración (el ritual de la Adoración Nocturna); oraciones que hace toda la comunidad eclesial por ejemplo las que realiza el sacerdote antes de las lecturas y que se llama colecta; las...

5.- Así como veíamos al inicio que el hombre expresa sus festividades, así la L. necesita de Ritos, o sea, de maneras de llevar a cabo las celebraciones, estos son: La Santa Misa, los Sacramentos, la Liturgia de las Horas, como ya se ha mencionado.

6.- Objetos y lugares: Agua, pan, vino, aceite, luz, templo, confesionario, bautisterio, altar, etc.

7.- Ornamentos y vasos sagrados: cáliz, copón, patena, custodia, etc.; Ornamentos sagrados del sacerdote (irlos mostrando): El alba es la túnica blanca que debe llevar cualquier ministro consagrado en su actuación litúrgica. Para nuestro encuentro con el Señor todos debemos llevar espiritualmente este vestido nupcial, que significa la pureza del corazón. El cíngulo es el cordón con el que se sujeta el alba a la cintura, evitando que ésta se ensucie tocando el suelo. Puede significar la obediencia que el sacerdote debe prestar al Señor, que lo puede conducir por caminos difíciles y opuestos a la voluntad humana. La estola es una banda de tela del color de la casulla que se usa. El sacerdote se la coloca al cuelo debajo de la casulla o sobre ella. Es como el símbolo de su poder sagrado, que recibió por la ordenación sacerdotal. La casulla es la vestidura sagrada y sacerdotal para la celebración de la Santa Misa se lleva encima del alba. Es señal de la aceptación del yugo de Cristo en la forma más generosa y del deseo de seguirle.

¿QUÉ SIGNIFICADO TIENEN LOS COLORES EN LA LITURGIA?

Sin duda alguna te has dado cuenta que durante el año el sacerdote viste de diferentes colores para presidir la Eucaristía. Bien en estos momentos vamos a descubrir cuál es su significado.

Los colores en la liturgia expresan la vivencia de la Iglesia o Pueblo de Dios, de manera que, cuando observamos los colores de las vestiduras del Sacerdote y en el ornato de la Iglesia, podemos imaginar cuál es el carácter de la celebración que se tiene en la Liturgia.

BLANCO: Es el símbolo de la vida divina de gracia, de la luz, la alegría y la inocencia. En el año litúrgico se usa el vestido blanco en las fiestas del Señor (Natividad, Resurrección, Epifanía..), de la Virgen Santísima, de los Ángeles y de los santos que no fueron mártires.

VERDE: Se usa durante el año en los domingos que no coinciden con un tiempo especial. También se usa en la semana, cuando no hay ninguna fiesta especial. Simboliza el fruto bueno que Dios espera de nosotros y la virtud de la esperanza, de la frescura y la lozanía del alma.

MORADO: Se usa especialmente durante el Adviento y la Cuaresma y en misas votivas (las que dicen para invocar la ayuda del Señor en algunas necesidades o calamidades). También en las misas por los difuntos. Este color simboliza la penitencia, la humildad y la espera, es un llamado a la conversión permanente.

ROJO: Se usa en la fiesta de Pentecostés, pero también el Domingo de Ramos, el Viernes Santo, en todas las fiestas de la Pasión del Señor y en las fiestas de todos los mártires. Es el color más parecido a la sangre y al fuego, además que el que mejor simboliza el incendio de la caridad o el heroísmo del sacrificio y amor.

AZUL: Se usa en las fiestas de la Virgen María.

DORADO: Es el color festivo y de solemnidad.

¿QUÉ ES EL AÑO LITURGICO?

Seguramente has escuchado al sacerdote u otra persona que el año dentro de la Iglesia es diferente al año civil. Vamos a conocer un poco sobre lo que es el año litúrgico, como se le denomina en la Iglesia.

El papa Pío XII acentúa la importancia que tiene el año litúrgico para la vida del cristiano diciendo «es Cristo mismo que vive en su Iglesia siempre y prosigue el camino de inmensa misericordia por Él iniciado... para hacernos vivir sus misterios que están perennemente presentes y operantes...»

El principal fin del año litúrgico es unirnos con la persona y obra de Jesucristo, centrado en la Pascua de Cristo.

En varios tiempos y ciclos sagrados celebramos la venida de Cristo (Adviento, donde comienza el año litúrgico, Navidad), su pasión, su muerte redentora y su resurrección (cuaresma y ciclo pascual). Los domingos después de pentecostés hasta la fiesta de Cristo Rey, forman la segunda parte del año litúrgico (llamados domingos durante el año u ordinarios).

En muchas diferentes fiestas de Cristo, de la Virgen, de los ángeles, de los santos, se nos manifiesta el infinito amor de Dios que nos acompaña y ampara durante todo este año sagrado de la Iglesia, que ciertamente es mucho más importante que el año civil.

¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE EL DIMINGO PARA LOS CRISTIANOS?

Muchas ocasiones nos ha sucedido que nuestra mamá, principalmente, nos manda a misa los domingos porque obliga. Decimos que nos obliga solamente porque quizás no sabemos el significado del domingo.

Quisiéramos preguntarles a ustedes que viven dentro de una comunidad, las personas de nuestros pueblos, los medios de comunicación social, ¿cómo celebran el domingo? ¿qué significado le dan al domingo?.......

Cada domingo los cristianos nos reunimos para celebrar la Santa Misa como fiesta de Resurrección. La Iglesia celebra el misterio pascual cada ocho días en el día que es llamado con mucha razón «día del Señor» o domingo. El domingo es la fiesta primordial de los cristianos, día de alegría y liberación del trabajo. En el domingo es para que juntos como una familia escuchemos la Palabra de Dios y participemos en la Eucaristía, y así recordar la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y para agradecerle todos los beneficios que Dios hace por nosotros principalmente porque nos ha hecho renacer a la vida y esperanza por la resurrección de Jesucristo dentro los muertos. En la celebración del domingo traemos nuestra vida de la semana que termina como ofrenda y la vida de la semana como ofrenda que termina como una súplica o bendición.

¿QUÉ ES LA EUCARISTIA?

La Eucaristía o Santa Misa como comúnmente le llamamos es el tercer sacramento de los de iniciación cristiana.

La Eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana. Significa y realiza la comunión de vida con Dios y la unidad del Pueblo de Dios por las que la Iglesia es ella misma. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción por la que, en Cristo, Dios santifica el mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo y por él al Padre.

A la Eucaristía se le dan diversos nombres:

- Eucaristía porque es acción de gracias a Dios: por la creación, la redención y la santificación.

- Banquete del Señor: Porque se trata de la Cena que Jesucristo celebró con sus discípulos en el jueves Santo, víspera de su Pasión y de la anticipación del banquete de bodas del Cordero en la Jerusalén celestial. En ese momento instituyó la Eucaristía y mandó a su Iglesia que lo perpetuaran a través de los tiempos, al decir a los apóstoles «Haced esto en conmemoración Mía» (I Cor 11, 26).

- Santo Sacrificio: Porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia, es decir, que juntamente con Cristo, nosotros los cristianos ofrecemos nuestro sacrificio al Padre. En ofrecimiento de Jesucristo al Padre se realiza en el momento de la consagración y en los momentos siguientes porque solamente hasta entonces Cristo está presente como víctima, bajo la apariencia del pan y el vino.

- Memorial porque es el memorial de la pasión y de la resurrección del Señor.

- Asamblea Eucarística, porque la Eucaristía es celebrada en la asamblea de los fieles, expresión visible de la Iglesia. En ella no solo ofrecemos al Padre a Cristo, sino que juntamente con Él nosotros. Nuestro trabajo cotidiano, nuestros trabajos apostólicos, el descanso, el deporte, las alegrías, y molestias, las tristezas, las luchas, nuestra debilidad, la esperanza, nuestros deseos y aspiraciones, nuestra vida, nuestra vocación, etc. Todo esto se convierte en hostias espirituales agradables al Padre por Jesucristo, Señor y Dios nuestro.

- Santa Misa: Porque la liturgia en el que se realiza el misterio de salvación se termina con el envío de los fieles (Misa-Missio=Misión) a fin de que cumplan la voluntad de Dios en su vida diaria.

LA EUCARISTIA Y SUS PARTES.

1.- Ritos introductorios: Invocación a la Trinidad, «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»; saludo, «el Señor esté con vosotros»; «Yo confieso...»; «Señor ten piedad...»; «Gloria a Dio r al Señor, el sacerdote reza en silencio: «purifica, Señor, mi corazón y mis labios, para que anuncie dignamente tu Evangelio», mientras la asamblea también se persigna en la mente, en los labios y en el corazón pidiendo que todo nuestro ser, alma y cuerpo, se abra a la voz del Buen Pastor; la proclamación del Santo Evangelio; en los domingos y fiestas se reza el CREDO; oración universal o de los fieles en ellas presentamos al Señor todas nuestras necesidades.

3.- Liturgia de la Eucaristía: En esta parte Dios se nos da como alimento. Inicia con la procesión de ofrendas...la consagración que es el clímax de la celebración, porque Cristo se hace realmente presente en su cuerpo y su sangre a través de las especies del vino y del pan; hasta la aclamación «Por Cristo, con él y en él...»

4.- Rito de la comunión: Comienza con el Padre nuestro y termina con la oración después de la comunión.

5.- Rito de despedida: comienza con la bendición y termina con el saludo de despedida.

¿QUIÉNES PUEDEN CELEBRAR LA EUCARISTIA?

La celebración Eucarística sólo la puede celebrar el sacerdote junto con la comunidad («padre»). El llamamiento a un joven al sacerdocio es un misterio del amor divino. Cristo escoge siempre jóvenes generosos de todos los países. Por amor a Cristo Esposo y Buen Pastor renuncian al sacramento del matrimonio. Por la imposición de las manos a las palabras consecratorias el diácono recibe el sacramento del sacerdocio. Por el poder del Espíritu Santo es enviado para hacer lo que Cristo hizo: glorificar al Padre, predicar, sanar enfermos, expulsar a los demonios, resucitar a los que están muertos por el pecado mortal y ante todo, perpetuar en nombre y en la persona de Cristo el sacrificio eucarístico.

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