22 de noviembre de 2007

SER DEL LAICO EN EL MUNDO Y EN LA IGLESIA

Objetivo: Descubrir que somos llamados a edificar el reino para transformar el mundo en casa de Dios.

Ver.
Una mujer estaba agonizando. Tuvo la sensación de que era llevada al cielo y presentada ante el tribunal de Dios. El cual le preguntó: ¿Quién eres tú? «Soy la mujer del alcalde», respondió ella. ¡Te he preguntado quién eres, no con quién estás casada! «Soy la madre de cuatro hijos». ¡Te he preguntado quién eres, no cuántos hijos tienes! «Soy una mujer cristiana». ¡Te he preguntado quién eres, no cuál es tu religión! «Soy agente de pastoral vocacional». ¡Te he preguntado quién eres, no a lo que te dedicas! Y así sucesivamente respondiera lo que respondiera no logró dar una respuesta satisfactoria. Evidentemente no pasó el examen. Cuando se recuperó de la enfermedad, tomó la determinación de averiguar quien era.
1. Ante Dios, ante mí y ante los demás ¿Quién soy realmente?
2. Desde la fe en Cristo ¿Quiénes somos en la Iglesia?

Pensar.
Hoy más que nunca urge que sepamos quiénes somos, que hacemos y con que fin estamos en este mundo. ¿Quién es un Laico?. Laico viene del griego laos, es decir, pueblo. En la Iglesia, designa a los cristianos que tienen su misión en las tareas ordinarias del mundo: vida matrimonial, política, artística, comercial, profesional, científica, obrera a diferencia de las tareas del clero. Sin embargo, no se ha logrado una definición satisfactoria, pues muchas de esas tareas también las realizan los clérigos y algunos laicos (religiosos) renuncian a algo propio de los laicos, como el matrimonio, la política, etc. De ahí que a veces se defina al laico como «el que no es clérigo», por eso algunos prefieren hablar de tareas laicales y tareas clericales, pero la vocación a la vida laical es algo más que el «no ser clérigo». La vocación laical tiene como fundamento el sacramento del bautismo, la confirmación y la Eucaristía, o sea, el seguimiento de Cristo radicalmente. Esta vocación debe ser fomentada por los pastores, respetada y apreciada por todos. «Porque el pueblo de Dios está constituido en su mayoría por fieles cristianos laicos, ellos son llamados por Cristo como Iglesia». Agentes y destinatarios del Evangelio, a ellos se dirigen las palabras del Señor «Id también vosotros a mi viña» (Mt 20, 3-4). «Id por el mundo y proclamar la Buena Noticia a toda la creación» (Mc. 16, 15). Los laicos deben ayudar al mundo a levantar la mirada más allá y más arriba de las cosas materiales, hasta que la comunicación con Dios se convierta en liberación, los laicos son «llamados a ser santos» de acuerdo a la invitación del apóstol (IPe 1,15).

Actuar.
1. ¿Qué haré para conocer mejor mi vocación?
2. ¿Cómo viviré mi vocación?
Celebrar.
Se sugiere hacer como grupo, una visita a Jesús Sacramentado o cantar el Padre nuestro.

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