22 de noviembre de 2007

LA VOCACION SACERDOTAL ES UN MISTERIO

Objetivo: Valorar a los sacerdotes por lo que son y representan, porque Dios los llamó y los destina desde la fe, para apoyar su trabajo y orar por ellos.

Ver.
Sergio, joven gerente industrial con un brillante futuro, acaba de abandonar su trabajo y su profesión para iniciar sus estudios en el seminario y ser sacerdote. El piensa que creer en Jesús exige seguirle y responderle generosamente. El conoce de triunfos, deseos, problemas y tristezas.
¿Conoces un caso como el de Sergio?
Coméntalo en el grupo.
¿Crees que Dios llama a quien es capaz de responder? ¿Por que?
Si no hay vocación, no hay entrega total a Dios y servicio desinteresado..,

Pensar.
La vocación es un llamado de Dios, un don. Tiene una voz tan débil que necesita todo el silencio posible para percibirla. Dios llama a través de la fe y el hombre responde descubriendo en los hechos ordinarios la voz de Dios. El hombre tiene una historia como proyecto, aquí es donde Dios interviene ya sea directa o indirectamente (Fil. 2,5ss). La vocación del hombre se va fraguando en esa su historia, no se da de una vez para siempre y son los hechos históricos en los que va descubriendo si es o no para el caso. Para esto de la vocación se necesita la idoneidad: conjunto de cualidades psíquicas, físicas y morales que hacen apto al hombre, pero esto no es suficiente para lo más importante que es el llamado de Dios («Nadie viene a mí si mi Padre no lo llama»).
Con esto se reafirma que la vocación no es un sentimiento y no se nace con un distintivo especial en la frente, sino que hace del designio amoroso de Dios junto con la persona. Este llamado no es por necesidad de Dios sino porque Dios quiere atraernos hacia él (Heb. 2, 14ss).

Actuar.
Comprometerse a hacer una oración diaria, ya sea personal, familiar o comunitaria por las vocaciones.
Celebrar.
Se sugiere que antes o después del tema se rece el rosario pidiendo a María por las vocaciones sacerdotales.

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