22 de noviembre de 2007

LA PERSONA, UN MEDIO POR EL QUE DIOS LLAMA

Objetivo: Descubrir cómo Dios se vale de las personas y por ellas llama a quien él quiere, para entender nuestra vocación y seguirla.

Ver.
Leer y comentar el siguiente texto (ISam. 16, 11-13).

Pensar.
Desde el Antiguo Testamento pensamos aparecen las mediaciones personales de la vocación, así, vemos cómo Dios llama a Josué mediante Moisés; Elías llama a Eliseo; Elí llama a Samuel y Samuel llama a Saúl y a David. Dios se vale de algunos hombres para mostrar sus designios y llamar a quien él quiere. Otras veces lo hace personalmente como con Abraham, Moisés y muchos de los profetas. En el Nuevo Testamento tenemos el caso de Andrés que le dice a su hermano Simón: «hemos encontrado al Mesías» (Cfr. Jn. 1, 41), Juan el Bautista por su parte les dice a sus seguidores que vayan tras Jesús pues, el es él Mesías. Pedro elige a Matías, los apóstoles eligen a los siete diáconos, Pablo elige a Timoteo, Tito y Filemón. Dios habla por las personas concretas llama y envía. Muchos de los sacerdotes, los religiosos, misioneros y laicos comprometidos han sido llamados por medio de personas y otros han sentido que es Dios el que les revela su plan. En nuestra vida descubrimos que Dios llama por varios caminos y que hay personas que nos ayudan, comprenden y orientan, en primer lugar el ejemplo de los santos, los encargados de la comunidad, los promotores vocacionales, la familia? etc.

Actuar.
¿Cómo hacerle para descubrir mi vocación?
¿Cómo me dejo ayudar de otras personas?
¿Qué hacer para vivir bien mi vocación y así, invitar a otros a vivirla?
Celebrar.
Cantar juntos:«Tu has venido a la orilla» y hacer la consagración a María. «Oh Señora mía».

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