22 de noviembre de 2007

COMO SER MISIONERO EN CASA

Objetivo: Buscar los medios de acercarnos a los más alejados, a través del diálogo, para formar una sola comunidad, bajo un mismo Pastor.

Ver.
¿Quiénes son los alejados?
tenemos que entender que los alejados no son los que no han conocido el mensaje de Jesús, sino que son los cristianos que han nacido en el seno de la Iglesia Católica, pero que por diversas circunstancias se han alejado de la comunidad y no participan de los bienes espirituales que la Iglesia ofrece a sus miembros.
Entre los alejados están: Los resentidos por un favor negado, los débiles de conciencia escandalizados por un antitestimonio, los que han cambiado de credo y se han refugiado con los hermanos separados, los que se dicen no-creyentes y los no practicantes que todo lo critican.
La pregunta sería ¿Qué hacer para volverlos al seno de la Iglesia?

Pensar.
El caso de los cristianos alejados tiene su explicación en una falta de madurez en la persona. San Pablo en esto tiene mucho que decirnos, ya que el se considera apóstol por vocación divina, y en esto nos da testimonio de fidelidad al Señor, a pesar de las dificultades que padece en su ministerio apostólico: calumnias, necesidad, prisiones, desvelos, azotes, etc... la fuerza de Dios está con El, dando testimonio de la verdad (IICor. 6,3-10).
Por otra parte, habla de los débiles de conciencia, los que se escandalizan, porque todavía no han madurado su fe lo suficiente, refiriéndose a aquellos cristianos que comían la carne que era sacrificada a los ídolos, a éstos el apóstol les recomienda, que no lo hagan, no porque fuera malo, sino para no ocasionar escándalo a los de conciencia débil (ICor 8, 7-13).
En nuestra comunidad estos son los alejados, como bautizados tenemos la obligación de acercarnos a ellos, con testimonio de vida íntegra, con prudencia en los actos que realizamos, como dice nuestra gente: «No hagas cosas buenas que parezcan malas», para no escandalizar y finalmente, en el diálogo y en la solidaridad; que no se sientan relegados y les tendamos la mano.
Actuar.
¿De que manera vamos a buscar a los alejados?
No se trata de esperar que ellos vengan, sino, que nosotros, con el diálogo haremos un espacio propicio, visitándolos a sus casas; tratando de ser solidarios con ellos, buscar en el diálogo lo que se tiene en común, pero sin duda lo que más podemos hacer por ellos es nuestro testimonio.

Celebrar.
Terminar cantando el «Padre Nuestro» Es el mejor signo de unidad entre los cristianos.

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